Sambenitos de Tui
En el Museo Diocesano de Tui se conservan unos sambenitos únicos de 14 tudenses procesados por la Inquisición entre los años 1616 y 1621, con sus nombres, delitos y penas.
Su Auto de fé
Después del correspondiente Auto de Fe, la Inquisición, para escarnio de la reputación de los condenados y de sus descendientes, colgaba en las catedrales o iglesias, a modo de grandes escapularios, los sambenitos que los reos llevaban durante el proceso. Con el paso del tiempo, estos fueron sustituidos por tiras de tela que reproducían el texto y los dibujos originales, como es el caso de Tui.
Los sambenitos reproducían la cruz de San Andrés, simbolizando la confesión que estaban obligados a hacer, en emulación del citado santo, reconociendo que Jesucristo era hijo de Dios Padre.
Veamos el caso del converso tudense Andrés Duarte Coronel. Andrés huyó con su madre, su esposa y cinco hijos pequeños, dejando algunas propiedades de un valor muy inferior a lo que, antes de escapar, habían acordado pagar a la burlada Inquisición para salvar sus vidas. Esta se vengó difamando su memoria.
Fue condenado a muerte en rebeldía; su estatua fue quemada en un auto de fe, y su sambenito se expuso durante años al escarnio público de la peor forma, pues aparece inmortalizado como judaizante impenitente, con una cabeza terrorífica y las llamas del infierno pintadas hacia arriba, como el monstruo imaginado por el más extremo antijudaísmo. Todo ello por no haber pagado a los inquisidores de Galicia los 6,000 ducados que le exigían.