Aislamiento y expulsión
La inexistencia en Galicia de un antisemitismo popular y violento, así como de una Iglesia que lo predicase, dificultó la aplicación de las leyes discriminatorias de la Corona unificada de Castilla y Aragón que precedieron a la expulsión de 1492.
La reacción en Galicia
En 1480, las Cortes de Toledo decretaron apartar a los judíos en barrios separados. En 1481, el Tribunal de la Inquisición, creado en 1478, ordenó la quema de 2.000 judíos en Sevilla. Sin embargo, en Galicia, los concejos continuaban con su política de tolerancia, en ocasiones incluso favorable hacia los judíos.
¿Qué reacción hubo en la Galicia de las «dos culturas» al decreto de expulsión del 31 de marzo de 1492? Consideramos que la mayoría se convirtió, y muchos de ellos continuaron practicando el judaísmo en secreto con la convivencia y tolerancia de sus vecinos cristianos, sin que nadie les molestara durante casi un siglo.
Otros tomaron el camino del exilio, como Isaac, un platero de A Coruña que, en 1493, con la complicidad de armadores y oficiales reales, huyó por mar llevando consigo monedas de oro y plata, joyas y «otras cosas de valor.» Entre estas bien podría haber estado la Biblia Kennicott, elaborada en A Coruña en 1476 por un judío rico también llamado Isaac. Él se marchó con la Biblia al exilio, marcando así la pérdida de una de las joyas medievales de Galicia.