Moisés Ibn Zabarah: El Gran Calígrafo de la Biblia de Coruña
El escriba de esta monumental obra se llamaba Moisés Ibn Zabarah. Sus contemporáneos dijeron de él: «Un gran calígrafo, su nombre es grande en Israel, el santo rabí…»; este manuscrito suyo «…no fue hecho por un hombre, sino por el Ángel de Dios, un perfecto sabio, piadoso y santo…».
Moisés Ibn Zabarah y Joseph Ibn Hayyim: Arte y Caligrafía en la Biblia de Coruña
Moisés vivió con su familia en Coruña a cuenta de su patrón, durante diez largos meses, escribiendo dos folios diarios, en letra cursiva cuadrada sefardí, con tinta castaña, a dos columnas, en unas páginas de 300 por 235 milímetros.
Moisés contrató a un iluminador de manuscritos para ilustrar los márgenes, el espacio entre las columnas y las letras capitulares, así como para intercalar páginas maravillosamente dibujadas. El iluminador dejó su propia firma, «Yo, Joseph Ibn Hayyim, iluminé y completé este libro», en enormes letras que llenan toda una página, representando figuras de hombres y mujeres en cuero, animales y seres fabulosos… A veces, Joseph pinta el acontecimiento bíblico que se narra en esa página, otras veces, bellas formas geométricas de estilo mudéjar, y en otras ocasiones, dibuja a los judíos con el típico gorro puntiagudo, pareciendo una boina de campesino.
La colaboración entre el calígrafo y el iluminador fue total. Ambos exhiben nombres bíblicos, como era habitual entre los judíos medievales, lo que los lleva a mutuos obsequios: Moisés procura resaltar los hechos que conciernen a José, hijo de Jacob, y, por su parte, Joseph decora con especial esmero el Salmo 90, la oración a Moisés.
El resultado es, al final, una obra original y hermosa. Por ejemplo, las pinturas del rey David sentado en su trono, Jonás tragado por el pez o el astrólogo Balaam consultando el astrolabio.