Ritos y Ceremonias
Los rituales de los judíos de Ribadavia en el siglo XVI eran prueba de su fidelidad al Dios de Moisés, pero también el instrumento de la Inquisición para su inculpación y condena. Gracias a estos paradojas, las actas del proceso de Ribadavia nos permiten saber cómo vivían los conversos de Ribadavia el judaísmo, la religión de sus ancestros, en la clandestinidad en el siglo XVII.
Las ceremonias
Sábado
El sábado para los judíos es como el domingo para los cristianos: un día sagrado de descanso y oraciones. Los viernes por la noche, los judeoconversos de Ribadavia encendían velas, y las mujeres se lavaban y cambiaban de ropa para recibir la celebración. El sábado por la mañana también se lavaban y vestían ropa festiva, y se reunían más o menos en secreto para rezar en la casa del rabino Felipe.
Yom Kippur
Es la celebración más solemne del calendario judío y su finalidad es pedir perdón por los pecados. En Ribadavia, consistía en un día de ayuno sin trabajar, conocido como el «gran ayuno», también llamado «ayuno de septiembre» o «ayuno de la vendimia». Los judíos de Ribadavia celebraban esta fiesta religiosa el 1 de octubre, en tiempo de la vendimia, y el 10 de septiembre, como lo hacían importantes rabinos para comenzar sus nuevas vidas. Además, fueron acusados de cumplir con este precepto en cada edicto de la Inquisición en Compostela. De hecho, existe una relación directa entre esta festividad anual de septiembre y las celebraciones de la Virgen del Portal, y la «Festa da Istoria» (Fiesta de la Historia): fiestas que se solapaban con el tiempo y que tenían como denominador común la coincidencia con la cosecha de uvas en el Ribeiro.
Pascua
La Pascua judía (Pesaj) tiene lugar en marzo o abril: durante 8 días se conmemora la liberación del pueblo de Israel de la esclavitud en Egipto. Los judeoconversos de Ribadavia la celebraban a partir del 14 de marzo, absteniéndose de realizar cualquier trabajo servil durante ocho días, comiendo pan sin levadura en la comida de Pascua.
Comidas Prohibidas
La Torá prohíbe ciertos alimentos y manda preparar otros de una forma específica. Los judíos de Ribadavia debían cumplir con los mismos preceptos bíblicos en cuanto al consumo de carne, asegurándose de que la sangre fuera drenada, una obligación que formaba parte de sus deberes religiosos. Una comida común encontrada en Soto era cubierta por higos o anchoas. Los niños participaban en este ritual, y no podían trabajar en esos días, ni siquiera en días establecidos.
Oraciones
Recitaban oraciones judías en casa o durante las reuniones comunitarias, como Adonay y las oraciones de Sem. La oración de Sem es muy importante y estaba adornada con pasajes bíblicos que proclamaban que Dios era uno. Los judíos no cantaban a la Santísima Trinidad, que fue impuesta a los judíos por los cristianos.